El autor
Conocido como el príncipe de los cronistas, Enrique Gómez Carrillo (Ciudad de Guatemala, 1873 – París, 1927) fue un viajero incansable acompañado en sus peripecias por un cuaderno y una pluma. Ya de niño escapó del internado donde estudiaba saltando por los tejados y echó a andar hasta El Salvador. Unos años más tarde, con el apoyo de Rubén Darío, se mudó a Madrid y poco tiempo después comenzó a trabajar para el periódico El Liberal como corresponsal en Francia. De aquella época data su afición por la vida bohemia y los cabarés parisinos. Inquieto por naturaleza, sus pasos lo llevaron de América a España y enseguida a Francia, Rusia, Egipto, la India y hasta el lejano Oriente. Publicó más de ochenta libros, entre los que destacan El alma japonesa (1907), En el corazón de la tragedia (1916) y El evangelio del amor (1922). Fue precursor del Modernismo y sus obras merecieron los elogios de Galdós y Maeterlinck. Llegó a ser nombrado Caballero de la Legión de Honor francesa, formó parte de la Real Academia Española y alcanzó importantes cargos diplomáticos en Latinoamérica. Gómez Carrillo vivió la vida intensamente: fue un duelista pendenciero, un mujeriego empedernido y un obstinado bohemio, pero ante todo, un agudo observador que revolucionó la crónica periodística.