[…] «Toda lógica humana se anula cuando, en lugar de elevarse sobre los intereses materiales, el hombre hace de estos el móvil absoluto de su conducta.» […]
»Nos juzgan capaces de correr a las armas uno contra diez, y les parecemos incapaces de negociar a través de nuestros representantes las condiciones de una paz honorable. He aquí una contradicción flagrante: o somos dignos de fundar un gobierno libre y orgulloso, o somos unos cobardes a los que es ridículo llamar a la gloria de los combates.» […]