Dedico mi post de este Día de la Mujer Trabajadora a esta viejita a la que adoro. Es Rita Levi Montalcini, nació en 1909 y lleva ya más de 100 años trabajando. «Estoy estupenda, oigo con audifono y veo poco, pero el cerebro sigue funcionando hoy mejor que nunca». Perlas así me voy encontrando en el texto dedicado a ella en la preciosa Agenda de las Mujeres del 2012, editada por Elena Lasheras.
Para quien no lo sepa es premio Nobel de Medicina, y sus descubrimientos en el sector de la genética han servido para afrontar patologías neurodegenrativas que afectan a gran parte de la población mundial.
Es además soltera y feminista de pura cepa: «Siempre pensé que la mujer estaba destruida porque el hombre imponía su poder por la fuerza física y no por la mental. Y con la fuerza física puedes ser maletero, pero no un genio».
Cuando le preguntan si está preparada para la muerte, dice: «Es lo natural, llegará un día pero no matará lo que hice». «Los mensajes que uno deja, persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo.»
Pequeñísimo cuerpo de una enorme mujer. Y viajera en guerra, también, como todas nosotras.