Justo Sierra O’Reilly, hijo del cura español José María Domínguez y María Sierra O’Reilly, nació en el pueblo de Tixcacaltuyú, Yucatán, en septiembre de 1814, y murió en Mérida, en enero de 1861. Se le conoce como el padre de la novela en Yucatán, donde fundó tres revistas: El Museo Yucateco, El Registro Yucateco y El Fénix. A través de estas publicaciones periódicas luchó incansablemente por un cambio social, político y económico. La primera de ellas le sirvió como plataforma para plasmar el legado cultural e histórico de Yucatán y sus temas abarcaban desde la historia de la dominación española, la literatura europea, leyendas indígenas, las artes y las ciencias hasta el valor histórico de los edificios mayas de la región. Precisamente en esta revista apareció su obra El filibustero en 1841, firmada con el pseudónimo de José Turrisa, anagrama de su propio nombre.
En septiembre de 1847, ante la amenaza de la insurrección maya y el estallo de la Guerra de Castas en Yucatán, Sierra O’Reilly viajó a Estados Unidos en busca de ayuda para el control del levantamiento armado indígena. Aunque la Unión Americana rechazó la súplica, de este fracaso nació su libro Diario de nuestro viaje a los Estados Unidos. Durante la época más intensa de La Guerra de Castas escribió La hija del judió, basada en el siglo XVII, pero repleta con ecos de la actualidad tumultuosa. De este modo, Sierra O’Reilly, mas bien bajo los seudónomos José Turrisa o Tomás Isurre y Ara, recontaba la historia mediante de la ficción. En casi todas sus obras protaganizas personajes y hechos reales de la historia de Yucatán.
Murió a causa de una terrible enfermedad, la lepra en 1861 en la ciudad de Mérida, curiosamente después de haber publicado la novela Un año en el hospital de San Lázaro, que habla sobre los leprosos. Justo Sierra ha pasado a la historia como uno de los mayores eruditos de su época, ya que no sólo fue literato, sino también jurista, político e historiador y un hombre comprometido que luchó durante toda su vida por el pueblo mexicano.