En los textos de los bohemios se percibe un contraste entre el amor delicado y un intenso erotismo. Aunque también se trata el tema del amor imposible, platónico, donde la mujer se convierte en un ser etéreo inalcanzable, cabe destacar la aparición de una mujer sensual no retratada comúnmente en la época. En las páginas de Los artistas del hambre también encontramos descripciones sensuales exquisitas como la que incluimos a continuación, perteneciente a Los terribles amores de Agliberto y Celedonia (1931) de Mauricio Bacarisse:
—¿No me dejas entrar en mi cuarto?
—Ahora no, porque voy a desnudarme.
—Y qué puede importarte, si yo no lo voy a ver.
—Sí, pero lo puedes oír. Los flecos de mis vestidos chascarán como trallas. Mis zapatos darán dos aldabonazos al caer. Mi faja, mis medias sisean al escurrirse. Mi camisa vuela con un zumbido de mosquito. Cuando suene un silencio estaré desnuda. Con solo pensar que puedes oírlo, me enciendo de vergüenza.