«Y solo conmigo mismo y mis recuerdos veré delante de mí un pequeño soñador desencantado, que sólo para mí no ha envejecido, que después de tantos vagabundeos nada ha visto sino el mundo y al cual, después de tantas peripecias, no le ha pasado nada sino la vida».
Bajo el poder hipnótico de la esfinge, un diplomático chileno y un joven guía egipcio sienten una atracción que revela el ambiguo vínculo de fascinación existente entre ambos. Estas dos almas confluyen con naturalidad en una travesía sentimental que les lleva de viaje por El Cairo, Calcuta, Constantinopla, Roma, Venecia, Pompeya y París, entre otras ciudades. La sombra del humo en el espejo narra la historia de la transformación de un hombre que, literalmente, muda la piel durante una enfermedad que le lleva a una conversión mística. Atraído por la idea del desdoblamiento del yo, Augusto d’Halmar —ya en sí un seudónimo— realizó en 1918 uno de los primeros ejercicios de autoficción en lengua castellana.