Leer
Esta es la historia de aquel Madrid brillante y literario, sórdido y hambriento, de las primeras décadas del siglo xx. Nos la cuentan, con una mueca que aparenta risa y es de llanto, los artistas devotos de la pipa y la melena. En las tertulias, en las mesas de los cafés, entre los vapores del ajenjo alucinante, ellos pretendieron la gloria literaria mientras engañaban al hambre.
Su literatura es luz entre las sombras. Personajes llenos de gracia pululan por sus cuentos: el experto en el arte del sablazo, el joven escritor de provincias que planea la conquista de la capital desde su cuartucho en una pensión de mala muerte, la cupletera ligerita de cascos, la fulana, el chulapo, la modistilla enamorada del poeta. Junto a este retrato chusco que pasa por el primero principal y se demora en las buhardillas, se abre un espacio también para la literatura fantástica: hay un hombre que habla con su ex mujer muerta y se ríe con ella, hay un pobre diablo que se cree el elegido de una civilización perdida bajo tierra… Y siempre, entre líneas irónicas o en un rotundo primer plano, el clamor del hombre político enfrentando la injusticia: oíd, por las páginas de esta antología resuenan vítores al anticlericalismo, el amor libre y la nitroglicerina.