El autor
Alphonse Daudet (Nimes, 1840 – París, 1897) llegó a afirmar: «Nadie empezó su carrera más menesteroso que yo». Su trabajo como cronista en el famoso periódico Le Figaro y el éxito de sus relatos Cartas desde mi molino o su novela Tartarín de Tarascón lo situaron, para los lectores de su época, por encima de sus amigos Flaubert, Edmond de Goncourt o Zola. El respaldo constante de su mujer,
la escritora Julia Allard, le proporcionó una mirada cargada de equidad hacia sus semejantes que le llevó a contar la vida desde dentro, no como un frío observador.
A diferencia de Zola, Daudet asume la condición humana al completo, con sus miserias y egoísmos, pero también con toda su belleza. Su obra, que roza a veces la sátira, mezcla elegancia, humor, ética y poesía con gran frescura.
El nabab, Numa Roumestan, Los reyes en el destierro, Jack: El inmortal y Sapho constituyen la producción más selecta de una obra que por suerte
se empieza a rescatar.