Inicio del Prólogo
Podría comenzar diciendo, como Susan Sontag, que Joaquim Maria Machado de Assis es uno de los mejores escritores del siglo xix y el más grande de América Latina y sería como dar un puñetazo en la mesa. Pero no quiero utilizar este golpe de efecto. La figura elegante y discreta del escritor definido por sus contemporáneos como un hombre amable y parco, poco dado a los aspavientos y demostraciones exageradas, me lo impide quizá.
Pero que esto no nos engañe, su trayectoria vital e intelectual es a todas luces espectacular. Cada vez surge más interés por su estudio y se van conociendo con mayor profusión aspectos que nos ayudan a comprender su figura. Nació en Río de Janeiro, un 21 de junio de 1839, en la casa paterna construida en una finca situada en el Morro do Livramento, propiedad de Maria José de Mendonça Barroso, mujer adinerada que fue su madrina y se convertiría después en la benefactora de Joaquim Maria. Para ella trabajaban sus padres. Él, Francisco José de Assis, un pintor de brocha gorda, mulato de piel oscura descendiente de esclavos, y ella, Maria Leopoldina Machado, una portuguesa blanca nacida en las Azores, lavandera dedicada a las labores domésticas en casa de la señora.